¿Ahora Ale puede ver? ¿Qué es lo que puede ver? ¿Que solo la extraño cuando se va? ¿No es acaso muy injusto decir eso? Es injusto porque es como si no supiera que la extraño de maneras inefables y a veces inentendibles todo el tiempo. Es injusto porque es como si no le hubiera dicho seguramente cientos de veces que la extrañaba cuando estábamos juntos; como si no le hubiera dicho este año, después de Praga, que la extrañaba y que siempre la extraño. Es particularmente injusto porque siempre, siempre que ella se va es sin previo aviso, sin explicación y (pareciera) sin consideración alguna por cómo eso puede afectarme a mí. Y claro, esta vez es distinto. Esta vez estoy en una situación más estable a la que estaba en 2011, en 2013, en 2015. Esta vez ella no es mi vida. Pero igual me afecta. No tanto como para sentir que toda mi existencia está colapsando como se sentía en el pasado. Pero lo suficiente como para sentirme triste y tener miedo de que este es el final de todo esto. E igual sería entendible si ella quiere que esta sea el final de todo esto. Pero lo que no entiendo es por qué no puede decírmelo. Por qué tiene que dejarme en la oscuridad. Por qué siempre hace eso. Y esta vez ya sabe que es algo que quiero, algo que necesito. Le he dicho: entiendo si ella cree que es mejor que ya no esté en su vida, pero si ese es el caso, si ella toma esa decisión, que por favor me lo haga saber. Pero no. Mi estabilidad y comprensión de la situación no importa. Nunca ha importado.